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sábado, 13 de abril de 2013

Carta a María Dolores de Cospedal

Acabo de leer  y después ver una noticia suya, reciente, en la que me deja absolutamente perplejo.
Verá, creo que tengo derecho a escribirle una queja y explicarle mi sentir, aún sabiendo que es muy posible que usted no lea esto que tengo que decirle.
Intentaré ser escueto y preciso, para no aburrirle, para que termine la lectura, para desahogarme e intentar que usted dedique tan sólo un minuto a la reflexión. 
Primero decirle que le ruego que ahora, ya, deje usted de pensar como político y simplemente relájese, como si estuviese leyendo la carta de un amigo, de alguien que no le desea ningún mal y que simplemente juzga lo que ve.
A los Españoles poco les interesa el PP, el PSOE,  los papeles de Bárcenas, el caso Gürtel, los Eres de Andalucía, Urdangarín, la relación que pudiera tener la Infanta con el caso Urdangarín, la fotografía del Rey con el elefante y cualquier otra cosa de este estilo. 
Somos conscientes de que todo esto nos afecta, no somos políticos ni expertos en política, por ese motivo es por el que pasamos tanto de esto, por eso esto ha llegado hasta este extremo, porque los españoles no hemos prestado atención.
A nosotros nos valía con tener trabajo y ganar suficiente para vivir, con votarles cada cuatro años y que ustedes "se partieran el pecho" por nosotros; nosotros les dejábamos hacer, tanto a ustedes como al otro Partido Político que ha ido alternando las funciones de Gobierno con ustedes.
A nosotros poco nos importaban sus peleas de partido y sus disputas con el otro Partido; poco nos importaba su lenguaje (siempre repetitivo y pobre) de "demagogias", de "insistos", de "formas torticeras" etc. Ni nos importaba su lenguaje ni la infantilidad con la que ustedes, ambos partidos, se trataban en público, tanto en el Congreso como con los medios de comunicación.
Tampoco nos llegábamos a creer nunca todo lo que decían, ni prestábamos la atención que ello precisaba, por eso ahora tenemos este problema y por eso nos va así.
Verá, lo único que los españoles querían y buscaban, lo único que realmente les interesaba, era vivir, vivir dignamente con un sueldo suficiente, tener su casa, salir a tomar cañas con los amigos y la familia, presumir un poco de la televisión de plasma o lcd que nos habíamos comprado, en fin, cosas del pueblo, usted me entiende.
Y ahora, ahora que muchos de esos españoles no tienen nada, ahora que empiezan a perder incluso sus casas, ahora que han intentado organizarse y plantear una fórmula para llegar hasta donde ustedes están, ya que siempre están muy muy alejados de los españoles, viviendo su mundo de "Alicia en la Política", ahora que recogen 1,4 millones de firmas para que ustedes les escuchen por lo menos, pues ahora no les prestan atención y les dejan abandonados; realmente como siempre han estado.
Entonces, cuando ya todos estos españoles y muchos otros que no aparecen por la vergüenza que ha traído la idiosincrasia heredada, aquella de : Es mejor ser pobre pero honrado, y que ocultan a familia y amigos su verdadera situación de necesidad, bien, pues ahora no se les ocurre a ustedes más que criticar y tachar de Etarras, Nazis, Antidemócratas, Antisistemas y otras lindezas, simplemente porque ustedes no tienen el valor ni la dignidad de coger al toro por los cuernos.
Mire, los españoles no merecen esto, ningún español lo merece, ningún español puede quedarse relegado al no saber qué hacer, simplemente porque ustedes no tengan el valor de afrontar su responsabilidad.
Ni qué decir tiene que por mucho que quieran convertir en verdad a base de comentarlo y volverlo a comentar eso de que las personas que estando afectadas por las hipotecas, por la falta de recursos y trabajo, tengan o hayan tenido ningún tipo de relación con Eta, con partidos Nazis, ni son antidemócratas porque les votaban a ustedes y al otro partido, ni antisistemas porque la mayoría no sabe ni qué significa eso, en fin, es por completo absurdo, infantil, poco representativo de políticos a los que presuponemos nivel cultural y honestidad.
Yo le ruego que haga un ejercicio de reflexión, que intente ponerse en la piel de una madre o padre que después de dos o más años de no encontrar alternativa alguna, trabajo o forma de conseguir dinero, haya sido capaz de no robar, de no delinquir, de permanecer paciente a ver si un día esto se resolvía, y después de ese tiempo recibe la noticia de que tiene que abandonar su casa, de que si más tarde no encuentra un lugar donde vivir con su familia y dar de comer a sus hijos, es muy posible que los servicios sociales terminen también quitándole a sus hijos, y después de esa reflexión, sentada en un sillón, en soledad, si a usted no le sale ni una lágrima de los ojos, pensaré que es usted una mujer fría, calculadora y que merece todos los escraches del mundo, que no los acosos personales, me refiero a usted, como persona política y en ningún caso en su ámbito privado.
Por último mi verdadero deseo es que usted me conteste a esta carta y me la argumente de tal modo que yo me sienta en deuda con usted por ser esos comentarios apropiados.