Hace 42 años más de la mitad de la población española no había nacido aún; en sus casas ya no se hablaba del hambre, ni de las mondas de patatas o cáscaras de naranja, ni de la obligación de ir a misa los domingos o saludar a la pareja de la Guardia Civil si te la encontrabas por la calle, tampoco de los muertos que se veían por la calle en muchas ciudades y pueblos; se hablaba de libertad, de perdón, de borrón y cuenta nueva, y los políticos y gobernantes de entonces, aún teniendo muy reciente todo lo acontecido y a pesar de la dureza que representó para muchos, intentaron y consiguieron que este país siguiese adelante.
No hubo olvido, ni perdón, sólo hubo la inteligencia de que no hubiera más represalias ni más desgracias, y hoy, 42 años más tarde, los que no vivieron eso, ni siquiera oyeron hablar de ello, quieren abrir un cajón de mierda que fue lo que representaron los 42 años anteriores, porque desde el 31, desde la primera república y hasta el 75, la inmensa mayoría de acontecimientos se representaban y se recordarán como desgracias, que fue lo que fueron.
Muchos historiadores e intelectuales de los años posteriores, de lo que se llamó la Transición, explicarían esto como la forma más inteligente de hacer que un país llegue a una reconciliación, y ocurrió, muchas pandillas de amigos, parejas de enamorados, compañeros de trabajo, tenían un pasado, unos parientes cercanos que habían sido víctimas o verdugos, pero nadie intentó volver a abrir ese cajón de desgracias y despropósitos.
Ahora estamos viviendo un deja vu virtual, en la que internet está jugando un papel esencial; muchos grupos de jóvenes y otros no tanto, de la izquierda más retrógrada que no es izquierda, están intentando volver a enemistar y a irreconciliar lo que ya estaba olvidado.
Esta izquierda que no es izquierda, aunque ellos quieran pensar que sí, son sólo personas que en post de una modernidad que no es moderna, están tratando de cambiar el modo de hablar, el sistema político y todo lo que pueda representar un avance tanto humanista como socioeconómico. Realmente el planteamiento de nuevo modo de vivir es inexistente, no saben qué quieren ni cómo conseguirlo, falta inteligencia, experiencia y sentido común. Hemos pasado del 15 M donde muchos intelectuales vieron la oportunidad de avanzar en muchos aspectos tanto humanistas como socioeconómicos, a una reclamación constante e incoherente de cosas que ya no tienen ningún sentido.
El sentimiento republicano estaba muerto y están intentando despertarlo sin saber muy bien qué representa una monarquía como la actual.
El sentimiento de igualdad de sexos, que prácticamente se había conseguido aún con algunas carencias, quieren llevarlo a un terreno que ni siquiera saben cuál es, y se conforman con colocar nuevas palabras en el diccionario y reiterar lo que ya se ha dicho con genéricos, para utilizar masculinos y femeninos en cualquier frase.
No sé qué sentido tiene todo esto, tampoco sé puesto que no soy sociólogo si está relacionado con el aburrimiento de mucha juventud que no sabe dónde ir. Me sorprende que los nuevos modos de llamar la atención de esta nueva juventud, sean menos revolucionarios que lo que fueron en otras épocas, no hay ideas, sólo repetición de consignas ya pasadas. Capaces de depilar su cuerpo por completo, incluso de afeitarse la cabeza, después se dejan una barba ya trasnochada y se colocan tatuajes por todo el cuerpo, se agujerean la carne para colgar zarcillos de las zonas del cuerpo más vulnerables. Sinceramente no entiendo dónde quieren ir ni para qué, falta experiencia, conocimientos y sobre todo autenticidad, todo es un mirar a ver qué hace el otro para hacer lo mismo, un copia pega constante.