Hace mucho tiempo que quería escribir algo a cerca de un comportamiento diferenciado que he observado entre hombres y mujeres desde que era niño.
Un día observé como mi madre después de pasar un trapo por encima de la cocina escurrió sobre la pila ese trapo con un movimiento de afuera hacia adentro, aquello se me quedó grabado pero no le dí la menor importancia; sin embargo días más tarde observé a mi padre hacer lo mismo pero el movimiento para escurrir el trapo fue de adentro hacia afuera, justo al contrario. Yo por mi parte quise ver cómo lo hacía yo y me di cuenta que para mí era más cómodo y sencillo hacerlo como lo hacía él, mi padre.
Desde entonces observé aquella acción siempre que tenía la oportunidad y comprobé que prácticamente la totalidad de las mujeres lo hacían igual, es decir, colocaban la bayeta con una parte en cada mano y mientras la mano derecha giraba hacia el interior, es decir hacia su estómago o su pecho, la mano izquierda lo hacía al contrario, hacia afuera, y así ocurría siempre, esa diferencia existía entre hombre y mujer y nunca he logrado saber porqué ni encontrar gente con quien contrastar esta observación.
Con los años he venido observando este detalle en muchos otros movimientos, así por ejemplo me he dado cuenta de que aunque con menos frecuencia las mujeres cuando fuman sitúan la palma de sus manos hacia arriba o hacia un lado pero orientándola hacia arriba, mientras que los hombres lo hacen al contrario. También cuando mueven con la cucharilla de café lo hacen hacia adentro, los hombres hacia afuera, cuando hacen cualquier otra cosa parecida lo hacen así, mientras que los hombres lo hacen al contrario.
Pero claro como no hay ninguna regla que no tenga excepción, me he encontrado a lo largo de mi vida con casos que no eran así, y sin que nadie se ofenda, he observado que siempre que un hombre o mujer se salía del parámetro habitual, éste o ésta, tenía algún detalle que hacían presumir o simplemente evidenciaban que su filiación sexual no se correspondía con su sexo.
Desde mi punto de vista y precisamente por esto es por lo que entiendo perfectamente la libertad sexual en las personas, porque por el motivo que sea cada uno de nosotros siente en su interior con más fuerza un tipo de gusto que el otro, y cuando ésto no se corresponde con lo de la mayoría hay que entender simplemente que o bien nos sentimos más cómodos con lo contrario o bien hemos nacido para lo contrario.
Puede ser que el ejemplo que pongo ahora parezca más relacionado con la educación, pero igualmente las mujeres tienden a sentarse con las piernas juntas, hacia adentro, mientras que los hombres lo hacen al contrario. Mucha gente pensará que esto también es porque habitualmente o hasta no hace demasiado tiempo llevaban falda y lógicamente no se podían sentar con las piernas abiertas, pero también es cierto que aún hoy cuando las mujeres llevan pantalón tienden a sentarse con las piernas más juntas que los hombres.
Bueno yo por mi parte tengo mi propia teoría, que quisiera haber contrastado con más personas, con psicólogos o con gente que hubiera estudiado estos comportamientos, pero la verdad que no he sabido buscar o no he encontrado quien me diera respuestas, por eso y con las preguntas que he venido haciendo durante años, con las pruebas a las que he sometido a chicas y chicos, mi conclusión es que esto está directamente relacionado con nuestra orientación sexual, con nuestros gustos, así algunas chicas que me parecieron poco femeninas me demostraron que hacían estos movimientos igual que los chicos, y viceversa, algunos hombres que aunque aparentemente nunca habían demostrado que su orientación sexual no fuera heterosexual sí su comportamiento en este aspecto era contrario, y el tiempo dió la razón a los movimientos cuando en dos casos muy próximos demostraron después de años, que su verdadera orientación era otra, ahora se les ve felices con su nueva condición.
Como anécdota diré que hubo una conocida a la que sometí a esta prueba después de ver como removía el café en un bar, en apariencia era una mujer femenina pero había algo en algunos momentos en su comportamiento que te hacían intuir que no era así, y efectivamente un día ocurrió y su vida cambió, desde entonces está feliz con su pareja del mismo sexo.
La explicación, muy personal que yo le doy a esto es que en la sexualidad, la mujer recibe hacía adentro mientras que el hombre lo hace hacia afuera, es decir, la mujer siente el placer en su interior y el hombre en el exterior de si mismo.
Por esta misma explicación podría llegar a la conclusión de que nuestro comportamiento diario está absolutamente relacionado con nuestra sexualidad, lo que hace a las relaciones sexuales mucho más normales y naturales de lo que ya entendemos que son.