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viernes, 7 de junio de 2013

Y Dios se reveló

Después de más de 40 años de ateísmo, de un convencimiento absoluto de que nada ni nadie superaba al ser humano en evolución y en capacidad de dominar a la naturaleza hasta el extremo de poder acabar con ella, he recibido una carta de Dios, al modo en que tradicionalmente los católicos han percibido el mensaje divino, algo que ha cambiado mi vida para siempre, que me va a hacer llevar una vida casi monástica, sólo que en mi casa, casi mística porque no podré encender la luz no tengo para pagar la electricidad y sin duda me llevará a un ayuno personal.

Bueno paso a contaros la experiencia que me ha llevado a esto, mejor dicho la que me ha hecho entender que todo lo que me está ocurriendo es por una causa divina.

Salí al monte a coger espárragos, cuando de pronto una culebra se cruzó en mi camino, me observó, la observé y finalmente desapareció de mi camino, después un resplandor enorme cegó mis ojos, una luz brillante, casi incandescente, insoportable de ver, y escuché el trino de unos pajaritos que me decían: Sí amigo, a partir de ahora Wert cambiará tu vida y sobre todo la de tu hijita, tantos esfuerzos porque no llegase a mayor rodeada de supersticiones y miedos absurdos basados en creencias ancestrales, porque pudiese tener los días festivos para ella y no dedicados a la adoración de dioses, para que pudiese admirar desde un punto de vista diferente tanta belleza creada por artistas para contentar el apetito de la vanidad de los jerarcas que hablan en nombre de Dios, todo ello no ha servido para nada. Wert, y su impresentable planteamiento infantil, ha creado en connivencia con un puñado de carcas vírgenes y mártires mandamases de la Iglesia Católica, las bases para que los niños lleguen a mayores rodeados de miedos y formas de vida, basadas en generaciones antigüas. Digo vírgenes y mártires porque quizá son vírgenes de frente y mártires por detrás, vaya usted a saber, que tanta celosía y tanto celibato crea corteza de la que es difícil de quitar.

La jerarquía de la Iglesia, con sus mantos y sotanas, con su férreo control sobre la sociedad, sobre la economía y la política, no tiene otro deseo que implantar de nuevo el temor entre la población; el temor de un Dios al que se le puede atribuir según el gusto y necesidad tanto el bien como el mal, al gusto del consumidor e interés pertinente.

Si siempre hemos oído que la derecha, los ricos, han preferido que la gente del pueblo no adquiriese cultura, yo ahora os digo que no era así, que esto nunca ha sido cierto  salvo en algunos casos, que la mente de los ricos a menudo no da para tanto, da para tener la astucia de cómo conseguir dinero pero no para planteamientos a tan largo plazo.

Quien de verdad ha hecho todo lo posible porque no hubiera conocimientos ni avances en la sociedad, porque el conocimiento residiese dentro de la Iglesia y estuviese controlado por la jerarquía de ésta era ella, la Iglesia que durante siglos escondió toda la cultura recaudada en monasterios y que todavía hoy conserva en los museos vaticanos innumerables textos, bibliografía y muchas cosas más en la oscuridad de ese mundo que esconde todo aquello que puede perjudicarle, no para defender a Dios, que en principio fue la causa, como para defender a la Iglesia Católica que ahora es el propósito.

Da pena y asco, que durante tantos siglos hayan ocultado, desmentido y sacrificado a personas que habían hecho frente a la fe con la prueba de lo absurdo de la fe, yo desde mi posición de no tener nada que perder, ya no tengo ni temor in el cuidado o el respeto que siempre se ha tenido, yo confieso mi odio hacia esta Institución que ha hundido las esperanzas y las posibilidades de vivir de tantas personas.

Una aclaración, el odio no es más que la conclusión a la que se llega después de sentirse indignado por acciones contra ti o contra quien tu quieres, pero no es nada más, sólo es eso, un sentimiento que no puede llegar más allá, ojalá pudiera matar a Dios que es la referencia en quien se basan para tanto absurdo, pero no puedo matar a quien no existe más que en la mente infantil de muchos humanos.

¿Inteligencia o Astucia?



Una de las mayores confusiones que siempre hemos tenido es la diferencia entre Inteligencia y Astucia.

Para nadie sería fácil diferenciar una de otra, y es más, habría que estar largo tiempo con alguien para saber si esa persona es Astuta o Inteligente; las más de las veces nos encontramos con personas que no son ni lo uno ni lo otro, y por aclarar desde el comienzo de mi versión subjetiva de una y otra, diré que en cualquiera de los dos casos son gentes independientes que llevan un camino diferenciado si bien en algunos casos paralelo del resto de las personas.

La inteligencia es un Don natural, quizá heredado genéticamente o quizá recibido porque sí, en cualquier caso es un Don, por el que una persona es capaz de tener ideas propias, pensar por si mismo, comprender a primera vista lo que a otros se les escapa a lo largo de toda una vida; es la capacidad de inventar y desarrollar una idea. Las ideas pueden tener cualquier significación, pueden ir desde inventar un sistema para desecar  un lago hasta para encharcar un terreno de secano, para ver la necesidad de crear una vacuna contra algo que aún no es un problema pandémico como para eliminar una especie en peligro de extinción porque crean que puede representar un peligro posterior.
La inteligencia no está exenta de cometer errores, precisamente por lo mismo es por lo que comete errores, porque piensa, reflexiona y toma decisiones, pero en cualquier caso y como algo intrínseco siempre lucha por el bien de los demás, lo que no significa que todo lo que hace representa posteriormente un bien para los demás.

La Astucia es el signo que identifica a las personas que aprovechan la inteligencia de los demás normalmente en beneficio propio, es decir, los que incapaces de ver los problemas que vienen son conscientes de que hay otras personas que sí los ven, que los estudian y que finalmente no saben sacar provecho de eso que saben y pueden solucionar, saben como poner en marcha los mecanismos para utilizar la inteligencia que ellos no poseen.

Para poner un ejemplo más gráfico se podría decir que los científicos, los ingenieros, son aquellos que son capaces de dar solución a muchos problemas y cuando encuentran la solución no saben cómo aplicarla (estos son los inteligentes) y los promotores, gentes del marketing, financieras, etc., son los que ponen en marcha finalmente esas ideas brillantes comercializándolas y sacando el provecho para sí mismos.

Un ejemplo bueno sería el de la gaviota y el pescador, el pescador ha desarrollado un sistema para sacar peces del mar, la gaviota espera a que el pescador saque el pescado y después ellas se aprovechan de esos pescados. Otro ejemplo al contrario sería el de esos pescadores asiáticos que van una pequeña barquita, con un palo cruzado perpendicularmente en la barca y varios pelícanos o cormoranes sobre el palo, atados por una pata para que no escapen y con un atado al cuello para que no puedan tragar los peces, aquí los pescadores son los astutos aunque los pelícanos no sean los inteligentes, pero demuestra que la astucia es la capacidad de sacar provecho de las oportunidades que otros brindan, mientras que la inteligencia no sabe aprovechar estas oportunidades y se empeña en dar nuevas soluciones a los problemas que ven alrededor.

¿Y un país, qué necesita, gente inteligente o astuta? Pues necesita de los dos y de un tercero que imponga orden y equilibrio entre lo uno y lo otro.

Un país como el nuestro, que tiene un volumen importante de población inteligente, es decir, de personas capaces de inventar soluciones a muchos problemas, tiene que tener y lo tiene gente astuta capaz de sacar provecho de esos inventos, de esas posibles soluciones, lo que este país carece, de lo que no hemos sido aún capaces de crear, es de lo último, de un sistema que ponga orden y equilibrio entre ambos y de que esos dos dones sirvan para que los que no tenemos ni de lo uno ni de lo otro podamos beneficiarnos y tener un país ejemplar y paradigmático.

¿Cómo conseguir que nazca entre nosotros este último, este tercer elemento?

Pues creando conciencia en la población de que todos somos uno aún en nuestra diversidad y diferencia, creando la conciencia de que somos todos quienes hemos de decidir qué y cómo, qué hay que inventar y cómo hay que ponerlo en marcha, venderlo. Para eso es necesaria la política, y la política es todo, no es en absoluto lo que hemos conocido hasta ahora erróneamente como política, dejo aquí para la explicación y comprensión el enlace en el que expliqué qué era la política:


ahora una vez que todos tengamos claro qué es la política, que la política no es patrimonio ni función de algunos pocos y que estamos obligados como seres nacidos a tomar nuestras propias decisiones, no a que otros decidan por nosotros cómo hemos de conducirnos en la vida, ya está echada la simiente para un nuevo sistema político, para un nuevo orden donde todos tengamos la responsabilidad de saber quiénes somos y qué queremos.

Nadie dice que esto sea sencillo o fácil, nadie dice que explicar a la gente que es indispensable que participen sea algo que vaya a cambiar de hoy a mañana, nadie dice que todos vayan a querer participar, en todas las sociedades hay una mayoría que no quiere participar de las decisiones, que simplemente prefieren obedecer, es decir, un cuarto grupo, el que no pertenece ni al de los inteligentes, ni al de los astutos, ni al de los que participan, el grupo de personas que simplemente esperan a que otros les digan qué han de hacer y cómo han de hacerlo, los que cuando preguntas no obtienes respuestas, pero lo que sí es seguro es que éstos no son así por carácter sino por aprendizaje, nadie les enseñó a tomar decisiones, sino a acatarlas y muchos de ellos piensan en su interior que serían incapaces de tomar decisiones por si mismos, que eso se lo tienen que dar resuelto porque nunca les dijeron que no era necesario ser ni inteligentes, ni astutos, ni tener estudios o un alto nivel cultural, que simplemente tenían que tener criterio propio, que el tener pensamientos, fantasías, es algo natural, que se nace con ello, lo que no es natural es tener creencias metafísicas, eso se aprende, se enseña, mediante el temor y mediante el fervor, cosa por cierto compleja de explicar y aún más de entender para quien no ha sido educado en ese modo.

Y podría extenderme mucho más, pero siempre es peligroso extenderse demasiado en un artículo, en un post de un blog que poca gente lee y en el que nadie participa, en el que nunca hay  comentarios, y es aquí donde yo me pregunto:
¿Y yo qué soy, a qué grupo pertenezco? Y mi respuesta es, a la de la gente que le gustaría cambiar muchas cosas y pasan desapercibidos sin que nadie caiga en ellos, quizá es la forma de estar sin ser visto.