La gente piensa que escribir es difícil, y no lo es, lo que es difícil es escribir algo bueno, algo que sirva, algo que conmueva lo suficiente para mover conciencias y sobre todo para implicar a personas que inicien movimiento; pero eso sólo lo consiguen pocas personas en el mundo y ni siquiera lo han conseguido escribiendo, lo han conseguido con la colaboración de otras personas, lo que ahora nos ha dado por llamar mediatización.
Los medios de comunicación o los anteriores grupos de apoyo que tenían personajes que fueron capaces de mover conciencias y cambiar cosas en la vida, siempre han tenido como planteamiento único un objetivo. Ahora, en el siglo XXI tenemos que ser suficientemente astutos, que no inteligentes, (puesto que la inteligencia no sirve para nada si no es para que se aproveche la astucia de ella) para saber de antemano quién tiene de estos medios de comunicación el interés por cambiar cosas en beneficio de la humanidad o en beneficio de grupos humanos próximos, y ahí radica la verdadera dificultad, de ahí el que sea imprescindible el que haya gente capaz de inventar y gente capaz de financiar y después gente que sepa vender esa idea.
En la actualidad hay 20 ó 30 mil blogueros, que son ideólogos en potencia, creadores de conciencia, capaces de hacer política no partidista y de refundar el sistema político que nos rige y que tan mal funciona para la mayoría; sin embargo quién da voz a estos blogueros, pues nadie, pequeños grupos de amigos, conocidos, simpatizantes, que en la mayor parte de los casos no alcanzan ni siquiera el 0,001% de la población con derecho a voto, y no nos engañemos eso es fundamental. Es decir, si fuésemos por ejemplo 25 millones de personas con derecho a voto, sólo 250 personas estarían dispuestas a apoyar iniciativas completamente desconocidas, mientras que el resto de la población desconoce por completo su existencia, ¿y por qué ocurre esto? pues porque aún teniendo a nuestro alcance multitud de sistemas de comunicación capaces de ser seguidos y leídos por todo el mundo, somos tantos los que escribimos, nos quejamos y ponemos encima de la mesa distintas ideas que jamás podremos llegar a ningún sitio si no es uniéndonos y sacrificando algunas de nuestras originales ideas para aceptar un conglomerado de ideas similares.
Esto que digo es tan obvio y evidente que seguro que la mayoría de quienes lean este post estarán de acuerdo, de modo que no tendría porqué hablar más del tema, la solución es fácil lo difícil es asumir que no queremos ningún protagonismo, sino soluciones, soluciones que pasen indefectiblemente por aceptar el criterio de la mayoría, de una mayoría, sobre todo, reflexiva, a la que se exponga un decálogo de ideas prácticas para regir nuestra vida.
Esto no tiene porqué ser tan complejo, puesto que lo complejo es el conglomerado de leyes tan increíble que tenemos, con el que se pretende regir todo y que sin embargo no da ningún resultado positivo, sino más bien lo contrario, cada día más desigualdad y cada día más complejidad, lo que lleva aparejado cada día más pobreza para una mayoría de personas que no son distintas de las que mueven el mundo, todos ellos nacen de igual modo y su verdadera notoriedad no debería de estar relacionada sino con su capacidad de hacer lo mejor para los humanos.
Es así de simple. De modo que yo hoy invito a que todos tengamos esa sensatez y hagamos un esfuerzo por conseguir ideas comunes, quizá expuestas de distinto modo pero con igual finalidad y luchemos para que la igualdad o la desigualdad evidente y nociva para muchos, deje de ser noticia habitual y pase a ser el verdadero motivo para vivir; el que todos tengamos al menos la posibilidad de ser felices, que en última instancia es de lo que se trata.