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martes, 26 de marzo de 2013

Pese a la ruidosa confusión de la vida


En 1998 escribí esta visión de unas frases de un epitafio.

Pese a la ruidosa confusión de la vida.

Usted, como yo, habrá experimentado en ocasiones el sentido del ridículo, esos momentos en los que creímos estar en posesión de la razón simplemente porque la información, los datos, las referencias de las que disponíamos así nos lo aconsejaban y defendíamos una postura, un criterio, orgullosos a cara descubierta, sacando pecho. Sin saber como ni por qué, alguien o algo deja al descubierto argumentos que no dejan lugar a duda de nuestra sin razón; sin embargo la reacción no puede ser tan rápida y algunas personas continúan llevados por una sinergia, agónica de necesidad, empecinados en su razón.Creemos que los demás perciben los hechos y aconteceres de la vida, de igual forma que nosotros, con unas mismas magnitudes, pero en nuestro diario de la vida podemos observar como si entregamos un mismo periódico a tres personas, cada uno leerá o no con más o menos intensidad uno u otro artículo del mismo diario, no sólo percibimos lo que vemos de distinta forma, es que tenemos además distintos gustos e intereses. Estamos a gusto, instalados en una cierta comodidad, nos adaptamos a nuestras circunstancias, trabajo, amigos, vivienda, comida, diversión; defendemos nuestro sistema de vida, sólo por ser el nuestro; las más de las veces, ni siquiera conocemos otro y aún en esta ignorancia nos aferramos al nuestro, lo defendemos en la certeza de que es “el mejor”.Un día sucede, es un hecho casual, fortuito, repentino, que jamás habíamos deseado, que no esperábamos y siempre habíamos desterrado la idea de imaginarlo; algo ha fallado en el mecanismo, en nuestra vida normal, simple, rutinaria; ha sido una enfermedad, un accidente, una muerte, cualquier hecho desagradable que no entraba en lo previsible a corto plazo, que nos ha ocurrido a nosotros, a alguien muy cercano, que ha sobrepasado nuestra capacidad de sosiego, de teórico control de los acontecimientos y es entonces cuando pasa por delante de nosotros la angustia, la incertidumbre de si estamos sacando el jugo a la vida, si estamos aprovechando cada minuto y entramos en esa confusión que es el camino de la verdad, es decir, la mentira; porque el camino de la verdad, es aquel que desvela la mentira. Pese a tus falsedades Hacer un ejercicio de sinceridad, de desnudez, que desmorone nuestro equilibrio, no es en absoluto fácil. La falsedad es el reducto más inexplorado de la mente humana, forma parte indispensable de cada uno de nosotros. Nadie, absolutamente nadie sería capaz de hacer públicos todos sus secretos, en ocasiones ni tan siquiera a si mismo.Al igual que algunos animales se cubren de barro para estar a salvo de los parásitos y picaduras de insectos, nosotros los seres humanos, guardamos nuestra intimidad. Pero casi todos tenemos alguien, un amigo, un familiar, a quien hacemos cómplice de algunas de nuestras intimidades, tenemos esa necesidad de íntima comunicación; pero aún así hay cosas de las que por vergüenza, por mor de ser nosotros mismos nuestros mejores aliados no participamos con nadie. Mantenemos muchas de estas vivencias, pensamientos, fantasías en lugares de nuestro cerebro que son del todo inaccesibles, que tienen un código secreto tan seguro que por ningún motivo queremos compartir. Todos tenemos o hemos tenido pensamientos, fantasías y vivencias vergonzantes y todos negamos haberlas tenido. Por lo tanto aunque no tengamos razones para enorgullecernos de ello, sí debemos asimilarlo como un hecho más de la vida.
Pero a veces, son necesarias algunas experiencias en la vida para ser capaces de abandonar la responsabilidad hacia la moralidad, hacia los formalismos impuestos por siglos y siglos de presión jerárquica, tanto eclesial o religiosa, como política o legal; presiones que nos han hecho sucumbir ante hechos o aconteceres que nos han acaecido y hemos sufrido en primera persona. Y éstas deberían hacernos responsables de la comprensión hacia los demás, del ser capaces de al menos intentar un ejercicio de meternos en la piel del otro, de como decía Santiago, llevar las sandalias del otro durante siete días completos, y entonces, sólo entonces, comprenderíamos porque nuestros congéneres actúan de forma incomprensible para nosotros, y aún así, no tendríamos ni el derecho ni los datos suficientes para juzgar. Así que actúe como actúe, piense como piense quien tenemos frente a nosotros, debemos respetar su criterio de forma llana, sin pretender cambiar su decisión, acatando todos y cada uno de sus subjetivos defectos.En una ocasión dije, que un amigo es aquel que nunca te pregunta por qué, y sigo pensando así.Claro que no podemos respetar ni comprender todos los subjetivismos de cada uno, hay momentos en los que la ofensa hacia nosotros o hacia los demás, puede ser tan belicosa que sea inaceptable, no creo que haga falta poner ejemplos, es perfectamente comprensible, pero dado que si no lo hago tampoco sabrán ustedes a que me refiero, lo haré gustoso. Para mí, y léase bien, como me decía una buena amiga, todas las imposiciones políticas, eclesiales y me refiero a las de cualquier iglesia o religión, los atentados sean hacia políticos o estos últimos aleatorios en los que es indiferente quien caiga con tal de sembrar el odio, el terror o simplemente satisfacer el apetito de sangre de estos que se marginan solos, bueno pues todo esto y algunas cosas más que prefiero que se entiendan entre líneas puesto que sería arduo trabajo enumerarlas exhaustivamente, son un motivo claro para que mi capacidad de comprensión sea limitada, y el límite fijado sea éste, el de no aceptar a aquellos que pretenden imponer su voluntad de forma obligada y a costa de cualquier precio, y es indiferente que este sea físico o moral, cuando no nos gusta lo que hacemos y sin embargo nos lo imponen, no en beneficio de la sociedad, sino en beneficio de ideas que no permiten ser discutidas, ya están autorizándonos a no ser comprensivos.Por lo tanto es importante tener claro que comprender no es someterse, ni en uno ni en otro sentido, es simplemente ponerse en lugar del otro y aceptar sus motivos para hacer, pensar y decir.






La Asertividad


La Asertividad



En ocasiones nos es complicado ser suficientemente bien educados. A esto se le denomina falta de asertividad o en casos más extremos si se prefiere agresividad. En otras ocasiones, cuando nuestro ánimo está rebosante, cuando nuestro espíritu está fuerte, nos es muy sencillo ser asertivo, es decir, ser comunicativos e intentar comprender y meternos en la mente de nuestro interlocutor, pero esto es debido a nuestra capacidad de empatizar con quien tenemos frente a nosotros, y sobre todo a los mensajes subliminales y obvios que emiten nuestros interlocutores, también por supuesto a las circunstancias en las que se desarrolla una conversación, un momento en el que nuestro estado de ánimo es éste o aquel.



No podemos pensar que cuando alguien no es capaz de hacernos sentir asertivos, sea a su vez asertivo, esto es algo improbable, puesto que la asertividad se contagia, diríamos que en cierto modo la asertividad es contagiosa, así mismo la pasividad y la agresividad. Sólo en casos extremos y donde uno de los interlocutores tiene una enfermedad mental, existe la posibilidad de que una persona no sea dominada por la sonrisa del otro.



Hay casos donde uno de los contertulios es incapaz de llevarse a su terreno, de hacer perder la pasividad o la agresividad a sus contertulios, y en estos casos hay que tener muy claro que esa persona es incapaz de ser asertiva, diríamos de esa persona que es capaz de intentar engañar al contertulio, pero esto no es asertividad, simplemente es engaño, ficción, puesta en escena de algo aprendido que no aprehendido y a esto se le puede denominar de muchas formas, también puede tomarse simplemente como algo simple, sin maldad, sino como puesta en escena, interpretación, pero eso sí, mala interpretación.



Los verdaderos líderes son asertivos, capaces de contagiar su asertividad. No es fácil, pero se puede aprender y después aprehender; aunque lo normal es que la persona asertiva haya nacido así.



No es más que un privilegio, puesto que no es mérito de quien nace con esa cualidad, sin embargo su cultivo, su insistencia en agrandar ese privilegio otorgado por la genética, sí es su logro y redunda en beneficio de los demás. Únicamente no hay que cerrar los ojos ni sentir envidia alguna; hay que dejarse llevar por las evidencias y aprovecharse de ellas, puesto que no es muy normal encontrar la asertividad en la vida cotidiana, y menos aún la asertividad natural, la no aprendida, algo más la fingida, pero ésta termina por falta de raíces, de cimentación, en fracasos esporádicos, mientras que la natural carece de esos fracasos.


















Momentos


domingo, 4 de septiembre de 2011

Momentos...

Eludir la necedad ajena no es tarea sencilla, los compromisos sociales a veces nos obligan a poner una línea curvada hacia arriba en nuestra boca aún y cuando nuestros pensamientos se hallan vagando por un velo infinito de nostalgia de la felicidad.
A veces sólo pasan unos segundos cuando nos ausentamos por completo de una conversación en ese universo paralelo que creamos para satisfacer nuestros viajes astrales o quizá australes, por aquello de que el cerebro no tiene hemisferios derecho e izquierdo sino norte y sur, y dejamos a nuestra fantasía que viaje a través de lo que deseamos ser o tener y no de lo que somos o tenemos, esos momentos impropios del sentido común, reñidos por completo con la inteligencia y sin embargo tan necesarios para nuestra supervivencia en momentos en los que nos encontramos desastrosamente ubicados en un entorno que nos resulta ajeno o con personas que no nos hacen sentir precisamente bien ubicados.
Nuestra fantasía es tan caprichosa, tan enigmáticamente inventora de situaciones en las que no nos hayamos con facilidad, que a veces nos hace sentir que la vida sería mejor si viviéramos en un país, donde todo o casi todo fuera posible, sin perjudicar los deseos de los demás.
Lástima que nuestra realidad ni siquiera se parezca a esta opción y tengamos que asumir constantemente nuestra condición humana y por tanto circunstancial y vagamente divertida.










La Demarquía como sistema político a recuperar


La idea de este artículo nace en 1988, después de la última vez que votaría en referendums para elección de Gobierno en este país en el que nunca ha existido la democracia real.

LA DEMARQUÍA COMO SISTEMA POLÍTICO A RECUPERAR


Envueltos como estamos en la actualidad del año 2011 en una crisis económica internacional, también de valores morales entendidos no desde un punto de vista religioso sino referidos a la honestidad, honorabilidad y humanismo, donde los países teocráticos están movilizándose en contra del sistema jerárquico y los capitalistas contra el sistema económico y político, se pone de manifiesto que hemos entrado en una nueva era, la del siglo XXI o si se prefiere la del segundo milenio.


Las democracias actuales requieren sin duda de un cambio sustancial en su forma y en el ejercicio de su poder, los políticos actuales son más que vocacionales profesionales, lo que les hace perder su verdadero carácter de políticos y les convierte en mercenarios del poder, a menudo influenciado y jerarquizado por el poder económico que lo abanderan las grandes empresas multinacionales y la banca.



Hasta hace no demasiado tiempo éstos estaban más o menos frenados por las leyes que emanaban del pueblo o al menos por un sucedáneo elegido por el pueblo, sin embargo hoy y aprovechando la influencia que hemos desarrollado con los medios de comunicación y el marketing, este poder ha pasado de una manera encubierta a estar en manos de un pequeño grupo de personas que compran todo con dinero, que son capaces de influir en el sentir y en el ser del resto de los humanos, con la influencia de las necesidades creadas en favor de la modernidad y que son a su vez los que generan esa necesidad de dinero siendo sorprendentemente ellos los que también tienen o poseen las fábricas de dinero, es decir las grandes empresas que mueven a los sistemas políticos y a los medios de comunicación.



Para hacerlo entender fácil diríamos que usted tiene un huerto y a su vez tiene una tienda donde se vende de todo y al mismo tiempo un periódico o una televisión. Así que hace un anuncio de que se busca gente que cultive el huerto con buen salario, otro anuncio de las cosas que usted vende y por fin en su empresa de comunicación explica por televisión y en prensa lo importante que es la empresa para la que usted trabaja, la suerte que tiene por trabajar ahí ya que obtiene dinero para poder comprar esas cosas que vende esa tienda pero que usted no sabe que es propietaria también de su huerto, y al mismo tiempo propietaria de la televisión que le explica la suerte que usted tiene por todo ello.



La realidad es que está siendo usted manipulado por los tres que al fin y al cabo son los mismos.



No requeriría mayor explicación todo esto en personas que ya están en ese camino de no dejarse llevar por las influencias de los medios de comunicación y del marketing, pero dado que la inmensa mayoría de la población desconoce que esto es así, quizá convendría entretenerse explicando con ejemplos el porqué y dejando una parte para el desarrollo subjetivo de cada uno, de si son influenciados o no, puesto que no hay mayor convencimiento para una verdad que la que uno mismo desarrolla después de una reflexión con datos.



Me siento obligado no a convencer sino a informar de mi sentir, de mi forma de ver, puesto que sí sé con certeza que no está influenciada por nadie, ni tan siquiera por un modo egoísta o avaricioso, sino por el bien general que en el fondo es el mío propio.




En este escrito quiero dar a entender a quien lo lea que estamos siendo esclavizados en los países más avanzados hacia lo que llamaríamos una dependencia que nos provee de comodidad, pero que les provee a los impulsores de dinero, y siendo como es que vivimos en un mundo donde el dinero es casi todo, donde con dinero se compra casi todo, significa pues que el poder de todo es de ellos, de quienes ostentan el poder de manipular desde los movimientos políticos que dirigen nuestra vida por escrito hasta los del marketing que dirigen nuestra vida sin que seamos conscientes de ello, es decir, influenciándonos para que deseemos o necesitemos vivir de forma determinada.



A menudo la gente siente la imperiosa impresión de que necesita un coche de tal marca y modelo, una televisión de última generación, un teléfono móvil o vivir de una forma determinada con arreglo a lo que nos han hecho entender por bueno para nosotros, sin embargo ni entendemos ni sabemos los porqués.



Como ejemplo nos serviría el de los vehículos; somos capaces de comprar o cambiar un coche por otro de precios o marcas desorbitadas, con elementos o innovaciones extras, simplemente porque nos hacen sentir que esto nos dará cierto prestigio, y sin embargo no es así, esto simplemente nos hace dependientes de un sistema de vida y nos incluye en el grupo de gente influenciada.



La pregunta que hay que hacerse es: ¿por qué nos sentimos influenciados a comprar este tipo de vehículos cuando el otro poder que está dominado por el que nos influye, al mismo tiempo dictamina que no podemos utilizar este vehículo para los fines que nos publicitan que sirve?



Es como si a uno de nosotros, hombre o mujer, nos hicieran o permitieran vivir o dormir en la misma cama con el sexsimbol de nuestra mente y al mismo tiempo no nos permitieran tener una relación física con él o ella.



Si nos lo planteásemos así sería fácil de comprender y difícil de asumir, pero nos han ido educando y engañando para que no tengamos este sentir y sin ser capaces de conocer cuándo y cómo hemos cambiado, ya estamos inmersos en su esclavitud.



Debemos todos recordar desde ya, la educación que recibimos de nuestros mayores, los refranes y adagios que oíamos todos los días, donde se nos invitaba a vivir no a aparentar que vivíamos, donde la alimentación carecía de manipulación química, donde la palabra servía para entenderse y para comprometerse y dejar de compararnos con los que aparentemente viven mejor sólo por que los medios de comunicación nos hacen creer que es así.



El poder de éstos no existiría si el resto no ansiáramos lo que ellos denominan calidad de vida, que no es desde luego matarse a trabajar para conseguir dinero, ni tampoco matar a trabajar al prójimo para robarle sin vergüenza alguna o aprovecharse de su trabajo.



La mayor parte de nosotros nos afanamos en criticar a los funcionarios por cómo viven, a los empleados de grandes empresas por lo que ganan y a los que ostentando poder económico o jerárquico nos vilipendian, sin embargo todos queremos para nuestros hijos esa forma de vida, ¿por qué?



A esto se le llama hipocresía y envidia, y mientras no dejemos esa actitud en el armario viviremos por y para no vivir, no tendremos salud mental y por supuesto no representaremos para nuestros hijos nada de lo que sentirse orgullosos.



La Demarquía, título que recibe este artículo se inventó e instauró hace ya más de dos mileños, aunque existen diferencias entre lo que hoy se denominaría Demarquía y lo que fue en la antigua Grecia, pero básicamente es muy similar, luego no hablamos de algo nuevo y desde luego no de algo obsoleto, porque si se obsoletizó no fue por que no sirviese, sino porque en el pasar de los tiempos pasó a modificarse por la Democracia actual, motivada quizá por la demografía y por la unión de tribus que se convirtieron en países, etc.



Hoy día lo más parecido que tenemos a este sistema político se encuentra en algunos cantones suizos y en algunas poblaciones Estado Unidenses. Se trata del poder que emana directamente del pueblo, sin intermediaros pagados, es decir sin políticos profesionales, que convierten las verdades y las mentiras en prosa convincente, que convierten el bienestar de todos en una lucha de ideas y partidos, cuando la mayor parte de los problemas no entienden de eso, sino de soluciones válidas para la mayoría, puesto que el bienestar de uno mismo si no altera el bienestar del prójimo es también bueno y mejora calidad de vida de tofos, del prójimo y de uno mismo.



En mi caso personal me considero más libertario y nihilista que demócrata en cualquiera de sus acepciones, sin embargo considero útil y necesario para una buena convivencia y para el bienestar de todos, que como digo es también el mío, que una Demarquía nos vendría bien, sobre todo si todos fuéramos libertarios y nihilistas, mejor dicho sería si todos tuviésemos claro que somos libres y que tenemos el derecho a serlo desde que nacemos, y esa responsabilidad nos obliga a que los demás también lo sean, de modo que el respeto a lo que no nos es común, a lo desconocido, a lo incomprendido y si nada de ello perjudica a los demás es de obligado cumplimiento por naturaleza, puesto que esto nos haría entender bien el significado de Demarquía.


Los sueños arruinados

Este escrito se hizo en 1996, después de un período lánguido y apático de mi vida.

Los Sueños Arruinados

¡La vocación, la circunstancia, el azar!. La vocación es el tipo de persona que estamos llamados a ser. La circunstancia es el mundo, las cosas en derredor, las facilidades y dificultades con que toda vida se encuentra para realizarse. El Azar es un factor que interfiere en ese sistema inteligible que forman la vocación y la circunstancia.

¿Pero qué es lo que tiene que ver todo esto con “los sueños arruinados”?

En principio aclarar que este pensamiento corresponde a uno de los pensadores de mayor relevancia que ha dado España, el madrileño José Ortega y Gasset, y el motivo de sacarlo a colación es tanto un homenaje como una oportunidad de intentar ahondar (subjetivamente) en algo que es vital para nuestro desarrollo personal.

Todo sueño no es sino la elaboración paso a paso de algo que deseamos, para lo cual nos consideramos aptos y estamos convencidos de haber nacido para conseguirlo, es nuestra vocación.

Obviamente nuestro sueño tiene relación directa con la realidad que vivimos, no podemos soñar con ser “Llanero” en Venezuela, si no sabemos de su existencia. Tampoco podemos confundir sueño con fantasía; por lo tanto será una fantasía soñar con ser Cesar Romano del siglo II a. d. C., por su evidente imposibilidad temporal; ésta sería nuestra circunstancia, la que marca haber nacido, ser educado y vivir, en lugar y forma concretos.

Y por último, estaría el azar, llamado también suerte, enigma indescifrable, que es, ha sido y será centro y punto de partida de todo tipo de supersticiones, originario de mil y una costumbres. Es una pseudo-operación aritmética de factores positivos y negativos que no llevan a cálculo exacto, es el factor previsible cuyo desenlace es siempre imprevisible. Las personas a las que les salen bien las cosas dicen que el azar no existe, que se busca y se prepara, se prevé y se trabaja para ello, y si todo ello se hace bien, el resultado será el esperado; las personas a las que generalmente les salen mal las cosas, hablan de mala suerte, y muchos de ellos, motivados por la ansiedad de conseguir que se hagan realidad sus deseos, caen en las redes de la superstición, llevan amuletos, recitan complejas oraciones, hacen cosas extrañísimas para ritualizar al azar y favorecer su apoyo.

Yo que casi siempre me he encontrado en este segundo grupo, en el de las personas a las que no siempre les salen bien las cosas, he conseguido, salvo algunas excepciones, no sucumbir ante la superstición; por eso quiero dejar una pregunta en el aire.-

¿Tiene el azar la posibilidad de pensar o acaso el azar no existe, son muchos azares y por lo tanto el azar es azaroso?.

Quizá algún día, alguien sea capaz de dar una respuesta definitiva, evidente, que no dependa de creerlo porque sí. Quizá una conjunción entre la Astrología, la Religión, tocar madera y no pasar nunca por debajo de una escalera, permitan que el azar esté siempre a nuestro favor; pero de momento cada una de estas “evidencias” son sólo evidentes para quien cree en ellas y se beneficia de la energía espiritual emanada de tantas personas que creen en lo mismo que ellos. Así que entre tanto esforcémonos en facilitar que la suerte nos acompañe trabajando para que así sea. 


Los seres que habitamos el planeta

miércoles, 24 de agosto de 2011
Los seres que habitamos el planeta

Diríamos que todos los seres vivos tenemos los mismos derechos, sin embargo si fuera así no tendríamos la necesidad de comernos los unos a los otros; la vida sin duda es dura, compleja y sobre todo nada racional, puesto que lo racional impide que la vida continúe.


Es un discurso circular que siempre nos llevaría a plantearnos si de verdad tenemos derecho a vivir siendo como es imprescindible para ello que otros seres vivos mueran para que nosotros podamos vivir; de modo que tendremos que plantearnos que en este mundo imperfecto quizá nosotros los humanos seamos esa pequeña oligarquía que domina al resto de seres vivos y ello nos obligue a ser más cuidadosos con nuestro entorno y con el resto de pobladores que nos sirven de alimento y de disfrute contemplativo; desde los animales hasta las plantas y otros que (aún sin vida que se sepa) como los bellos paisajes nos hacen sentir.


Planteado así, casi pareciera que estoy hablando de religión o más bien de alguna religión concreta, sin embargo no me he sentido nunca imbuido en estas creencias ni prácticas, me remito pues para dejar constancia a su etimología  http://es.wikipedia.org/wiki/Religi%C3%B3n#Etimolog.C3.ADa de modo que el verdadero sentido que quisiera dar a este hecho es que estamos en la cúspide de todos los seres vivos que habitamos el planeta y ni tan siquiera por ello debemos sentirnos orgullosos o seguros, puesto que nuestra estancia aquí es absolutamente inestable, si se prefiere precaria, término muy de moda en los últimos tiempos, pero realmente nuestro tiempo aquí es inexorable.


Nacemos ya con el cartelito de "desahuciado subjudice" pero con la sentencia aplicada y sin fecha, así que vamos a morir para dejar paso a otros, de modo que aferrarse a la vida, acumular riquezas, ser nocivo para tus congeneres no sería el mejor de los consejos a seguir. Seamos pues lo más racionales que podemos llegar a ser y tengamos sentido de la vida.


Vida es todo aquello que nace, luego no existía antes y que después muere, es decir que dejará de existir.


Que sepamos a ciencia cierta nada permanece, todo muta, quizá ahí resida la esperanza para algunos, los más temerosos; para otros simplemente queda el recuerdo durante un tiempo o una época, nada importante que podamos disfrutar.


El verdadero disfrute de la vida está mientras se vive y ser consecuente con la naturaleza que nos ha otorgado un cerebro capaz de tener sentimientos que ignoramos tienen otros seres vivos; por supuesto ser consecuente con que otros después de nosotros guardarán un recuerdo de nuestro paso por aquí y aunque no podamos disfrutarlo, sí es totalmente enriquecedor para nuestro paso el dejar una huella libre de malos sentimientos para los demás.

Me gustaría que recordaséis los que leáis esto que tan importante es para mí que tengáis un buen sentimiento respecto de mi pensamiento como yo lo tengo de mi paso por estas reflexiones, que me ayudan a gestionar mi vida como si fuese a continuar siempre aquí, cuidando de mi entorno, de mis amigos, de mi familia, de los otros que al fin y al cabo son como yo, seres vivos que dejarán de estar aquí un día.

El Hastío


El hastío



Nos hayamos en una época en la que es difícil motivarse para hacer cosas; estamos invadidos por noticias que nos desaniman, la severa dificultad económica por la que la mayoría de las personas del primer mundo están atravesando nos hace sentirnos así; aunque no suframos en primera persona las consecuencias de lo que está ocurriendo, conocemos personas a las que les ha ocurrido y tememos que nos ocurra a nosotros.

Si nos preguntasen uno a uno, en nuestra soledad y dejándonos reflexionar por el motivo por el que nos encontramos así, la inmensa mayoría de nosotros descubriría que el único motivo es realmente económico, y es porque en este mundo en el que vivimos, me refiero a los habitantes que hemos tenido la suerte de nacer en paises en los que se ha vivido bien comparándolos con otros que voy a omitir citar, hemos aprendido, hemos asumido, sin conocer o recordar otros sitios y otras épocas, que el dinero es el arma para defenderse ante los imprevistos; lo cierto es que es así, tanto en occidente como en oriente, al sur o al norte.


En otras épocas y siendo como siempre ha sido importante tener holganza, mejor dicho holgura económica, hemos tenido la sensación de que aunque no la tuviésemos podríamos llegar a tenerla trabajando para ello, pero hoy y aún no siendo cierto que no la tengamos, tenemos más la sensación de que no siendo que nos toque la lotería o recibamos una herencia no podremos tener esa holgura.

Son los políticos, los medios de comunicación, los culpables de este desánimo en los seres del primer mundo. Nos desayunamos a diario con la noticia de cómo están los mercados, de cómo está la situación en los ayuntamientos, de cómo está el paro, etc. y en lo referente a las opiniones que vierten sobre todo ello los supuestamente especialistas no hay ninguno que nos exponga que la situación actual sea reversible a corto plazo, únicamente oímos la cantinela de que hay que apretarse el cinturón y de que los mercados son los culpables de este desaguisado.


Pero usted se pregunta ¿y quién coño son los mercados? porque cuando uno va al Carrefour o al Mercadona, que es lo que la mayoría entendemos por mercados, no ve otra cosa que cartelitos de oferta, no vemos más que los precios están bajando como consecuencia de que nadie gastamos, porque nadie tenemos para gastar, cuando de pronto vemos que la casa que ha vendido el vecino que estaba a 50 metros de la nuestra, la que compramos con tanta ilusión y esfuerzo y que la compró por 300.000 € días antes que nosotros resulta que la ha vendido por 200.000 € o menos, porque ya no podía pagarla y eso sí ha tenido mucha suerte y ha logrado venderla.


¡Pues veamos quiénes son los mercados entonces!


-Como en los siglos anteriores desde que Dios nació, ha habido prestamistas que se les denominaba usureros.


-Como en los siglos anteriores desde que Dios nació, ha habido personas que se rodeaban de la gente de poder, para obtener poder para si mismos y para estar informados de todo lo que se acontecía, éstos han cambiado de nombre según el lugar y la época, pero siempre son los mismos, los que venden su honor, aún sin tenerlo, por dinero y prestigio.


-Como en los siglos anteriores desde que Dios nació, ha habido alcahuetas y alcahuetes, que éstos sí se han perfeccionado en su profesión y son ahora mucho más pérfidos y sofisticados, nunca sabes o no estás seguro de quiénes son pero sabes que son y están ahí.


En fin, que los poderes que ostentan toda esta recua de personajes, son el Mercado, vaya los que nos están jodiendo el ánimo, los que han hecho que naciera en nosotros el hastío.


Sin embargo en realidad nada de todo esto es cierto, aunque lo veamos, aunque lo suframos, no es más que una consecuencia y que como todas las consecuencias se paga y se puede curar, de una u otra forma seguiremos viviendo, seguiremos aquí después de que el guiso que nos prepararón huela, que ya huele, y únicamente tenemos el deber de no comérnoslo, aunque nos parezca mal educado, aunque lo hayan hecho para nosotros y aunque sea de todos.


Repartamos pues el guiso mal oliente, y demos su ración doble al ser posible a los que tuvieron a mal cocinarlo: la banca, los poderes mediáticos y los políticos; da igual el orden, da igual la forma, pero no cedamos a su empeño de hacernos comer nuestro plato, porque huele, porque se nos ha indigestado y porque no queremos.


Lo primero quizá sería unirnos para no pagar ni un céntimo más de todo lo que se han devaluado nuestras viviendas. Desde el punto de vista de nuestra constitución (así con minúscula) tenemos derecho a una vivienda digna, etc.


A ver la constitución con minúscula porque no nos está sirviendo, y mira que le damos bombo, pero no respetamos nada de lo que dice; y respecto de la vivienda digna, pues nada, me da igual el adjetivo, yo la haré digna, simplemente reclamo mi derecho como ser humano que nació en este sitio a 200 mts. o a la parte alicuota (siempre me gustó esta palabreja) que me pudiera corresponder.


A ver por qué tiene que existir la propiedad privada en exceso, me refiero al exceso. Por qué tiene que haber por ahí tipejos que tienen chorrocientos mil metros o millones de metros, que los tienen abandonados o que los utilizan para ir los domingos de invierno a matar bichos que viven tan tranquilos durante el resto de la semana.


Empecemos por no pagar lo que nunca tuvimos que haber comprado, por supuesto me refiero a las cosas que tenemos derecho sólo por haber nacido, y que entiendo que deben estar reguladas, pero de otro modo.

Desde luego que si usted compró un vehículo que no le hacía falta o que no se podría haber permitido de no ser pagado a crédito, ésto sí, esto tiene usted que pagarlo, puesto que ha habido un esfuerzo de otras personas como usted para fabricarlo.

Pero vayamos más allá, cuántas pequeñas empresas o autónomos no han podido resistir el embite de la crisis, únicamente porque donde habitualmente les concedían créditos o pólizas de crédito para poder remontar determinado tipo de ventas o para aumentar el negocio o mejorar su competitividad, lo que se ha dado en llamar I + D, porque lo cierto es que tanta mentira ha habido acerca de esto que los autónomos no sabían por dónde ir ni qué puertas tocar, y finalmente muchos de ellos han sucumbido y han quedado quebrados por completo, incluso habiendo perdido no sólo su trabajo o negocio sino también sus bienes personales, por haber sido embargados.


¿Quiénes son los culpables? Pues por un lado podríamos pensar que ellos mismos, ya que su obligación era la de estar debidamente preparados para este tipo de cuestiones, para eso eran empresarios, sin embargo si estudiamos a fondo el problema observaremos que en la mayoría de los casos han sido engañados por la banca, que son los mismos que con la ayuda del gobierno y la pasividad en formar parte de la crítica del Poder Judicial y haciendo muy poco, casi nada, más bien lo contrario, han embargado los bienes de estas personas; sin embargo cuando un político se equivoca y se le va a más del doble o el triple o incluso más, un proyecto, un presupuesto, esto se valora como si no pasara nada, el político no pierde por ello, es más en ocasiones somos tan bobos de ponderar esto como positivo, porque vemos esa obra como algo caro, algo en lo que se ha invertido mucho dinero, pero dónde ha ido ese dinero realmente, por qué se le ha ido el presupuesto. Si esto mismo le ocurre a una pequeña empresa o a un autónomo el resultado es la quiebra y la pérdida de todo su patrimonio, con la concurrencia del Estado, de la Banca y de los Jueces.


Seamos más conscientes de lo que está ocurriendo y opongámonos en conjunto a seguir aceptando barco como animal de compañía, porque de lo contrario nos hundirán.


Nadie tiene una solución que nos beneficie a todos, que nos guste a todos; probablemente la solución sea mala en principio y a corto plazo para todos, sin embargo hay que intentar dar una solución, hacer un cambio importante.


¿Sería viable exponer por ejemplo que los políticos fuesen de verdad vocacionales y no estuvieran ahí por motivos económicos personales?


¿Sería viable que un Juez lo fuese por vocación real, y no porque el puesto sea "honorable" porque sea intocable?


¿Acaso no es importante que un cirujano o un médico lo sea por vocación y no por estudiar, estudiar y finalmente aprobar una serie interminable de exámenes y situaciones?


¿Es que no existe forma alguna que no sean los exámenes, de determinar quién está preparado y quién de verdad sirve para según qué cosas?


¿No será que valoramos determinados trabajos como si fueran de verdad tan grandes e importantes que dejan a otros a la altura del betún?


Limpiemos nuestra mente un momento y fijémonos en comparar diferentes trabajos, a ver si realmente la comparación es tan equilibrada, tan justa, en cuanto a seguridad laboral, en cuanto a remuneración, en cuanto a tiempo u horarios, etc. y después tendremos algo más claro qué nos ha ocurrido a lo largo de los tiempos.


Plantear si el sueldo, los honorarios de un Consejero de Banca o de Empresa, habitualmente son excargos políticos y otras especies de personajes que han tenido vinculación con la Banca o la Política por uno un otro motivo, ostenten cargos por los que cobran cantidades que resultan absolutamente indecentes si se comparan con las de otras personas, aún sólo comparando los emolumentos y no el desarrollo de ese trabajo supuesto. Quien dice un Consejero de algo... dice un accionista que únicamente mercadea ... dice un actor que únicamente esté de moda (muy pocos y muchos muy altruistas, así que me refiero al caso no a determinadas personas), dice un futbolista o deportista que más bien hace espectáculo...


Acaso es justo que sin poner nombres un futbolista gane más de medio millón de €uros al año, sólo porque patalea bien una pelota, y todos sabemos lo corto que me he quedado con esta cantidad.


Habría quien diría que de no ser así no existirían estas figuras, igual que dicen que los toros de lidia no existirían de no existir el espectáculo, pues no es cierto, ni en un caso ni en el otro. Ambas cosas son fabricadas por el ser humano, y sin esa espectacularización también existirían y en el caso de que así fuese, puestos a elegir, qué elgiría usted... yo me quedo con que los seres humanos del mundo no pasen necesidades respecto de la comida, la salud y la libertad personal.


En cualquier caso tengamos en cuenta que el hastío es igual de contagioso que el entusiasmo y esperemos a que ello llegue.

¿Movimientos sociales o autodefensa?


¿Movimientos sociales o autodefensa?

No es la primera vez en la historia que hay movimientos sociales; siempre están motivados por un descontento de las poblaciones que se ven afectadas por grupos de población menores que ostentan poder económico y merman las posibilidades de crecimiento de los que tienen menos posibilidades.
Lo difícil en estos casos siempre ha sido hacer entender a los que tienen el poder económico que no pueden tener tanto poder y que deben compartirlo, siempre es debido a la avaricia y siempre termina mal, nunca hay vencedores sin coste en sangre y por desgracia esta lección de la historia no la hemos aprendido.
Es imprescindible que la Banca, las grandes Empresas, los medios de comunicación y los gobiernos, sean conscientes de lo que nos jugamos todos, de lo contrario, de no ceder ante la obviedad de la falta de futuro de muchas personas, se arriesgan a perder lo que tienen y algo más, puesto que no se puede apretar al que nada tiene que perder, cuando no se tiene nada que perder, se tiene todo por ganar.
La gran diferencia entre épocas anteriores y la actual es que los medios de intercomunicación no hacían posible una universalidad en las protestas tan efectiva como puede serlo ahora. Nos vemos en la realidad que tantas películas y novelas de ficción nos han alertado, en una revolución mundial en la que los poderes económicos dejarán de existir y volveremos a un modo de vida municipalista después de un intento de globalización. No es previsible desde mi punto de vista una mejora de la situación actual, puesto que no es posible que los que tienen el poder lo abandonen ni tan siquiera en parte; no veo esa inteligencia egoista en ellos, egoista en el sentido de pensar que quizá es mejor tener algo menos y compartir algo más que tenerlo todo, porque eso sería lo bueno para ellos.
El tener todo sólo lleva al caos total y absoluto.
Imaginaos una partida de monopoli, siempre acaba cuando la ruina de todos los jugadores excepto uno es evidente, sin embargo a partir de ahí o se echa otra partida repartiendo de nuevo el poder, es decir el dinero ficticio en este caso o se deja de jugar, lo que signifca que se acaba todo.


Dejo sólo esta reflexión : Cuando sólo unos pocos tienen el poder antes o después se acaba la partida, porque a la gente no le gusta jugar si sólo tienen opciones de perder.

Desmotivación



El ser humano pierde la motivación para hacer cosas, cuando pierde la esperanza de que aquellas cosas sirven realmente para algo.

La motivación no es otra cosa que una ilusión por hacer algo y la desmotivación es la pérdida por tanto de la ilusión.

¿Cómo motivarse a pesar de que se sepa que no sirve para nada lo que hacemos?

Pues engañándose a si mismo. Este es uno de los pecados más crueles que se pueden cometer contra uno mismo, sin embargo es muy común entre los seres humanos y muchas veces imprescindible para seguir vivo.


Esta es una de las acepciones que contempla la R.A.E. respecto del significado de Motivación:

Ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia.
es decir, autoengañarse, porque qué es si no Ensayo mental preparatorio; sin embargo también nos dice de una acción, vamos que se refiere a algo concreto, es decir, al motivo, y aquí es donde puede fallar todo puesto que no siempre el motivo merece la pena.



Para tener motivación es imprescindible que exista un motivo y el motivo tiene que ilusionarnos, incluso hacernos perder a veces el sentido común para conseguir el objetivo que es el motivo, el origen de la motivación.

En las Empresas siempre debe existir un motivo para hacer algo, éste no tiene porque ser un objetivo, puesto que a veces para alcanzar un objetivo hay que conseguir distintos estadíos de motivación, incluso diferentes momentos de motivación; se empieza por motivarse para alcanzar algo sin lo cual no podría alcanzarse el siguiente momento de motivación, y uno detrás del otro se logra alcanzar el objetivo.


Para ello es necesario una cooperación de todos los elementos de una empresa, entendiendo como elementos desde los propios trabajadores hasta el último bolígrafo que empleamos para desarrollar nuestro trabajo, que deben ser válidos en la consecución de momentos para alcanzar los motivos, para finalmente conseguir un objetivo. Si todos los elementos de la empresa no están igual de motivados o no sirven hay que prescindir de algunos de los que obstaculicen esa motivación, pero si el problema es que la dirección gestora, es decir quien posee la jefatura de la gestión, organiza y decide, es incapaz de motivar a los elementos, hay que prescindir de esa dirección gestora, puesto que incluso a ésta se le debe considerar como un elemento más de la consecución de objetivos, haciendo todo lo posible para eludir su incapacidad de dirigir y de motivar y de ser reemplazada por otra que sí posea esta capacidad. Esto mismo ocurre de igual modo en POLÍTICA, es más, tendríamos como mejor modelo el de los Gobiernos, ya fueran de un país, una comunidad autónoma, un municipio o cualquier otra entidad.


Es obvio el significado de la palabra motivación, para animar o animarse luego si la dirección gestora de esa Empresa es incapaz de animar a los diferentes elementos que concurrirían para conseguir un objetivo, pues ¿qué hay que hacer? obviamente o cambiar a la dirección o enseñarle a dirigir, si es que aún posee algo del encanto que tuviera en mejores tiempos.


Ejecutarla con interés y diligencia. ¿cómo va a existir interés y diligencia?, ni lo uno ni lo otro, lo que realmente consigue una dirección gestora incapaz de motivar es justo lo contrario: desinterés, que conlleva a errores contínuos; y todos estos antónimos de diligencia que ni siquiera me voy a molestar en desarrollar por su evidente significado de comprensión






Creo que no resta nada de decir por la evidente carencia de argumentos para opinar lo contrario. Sin embargo sí es imprescindible entender que no hay que dar nada por perdido, siempre hay que buscar puertas que abrir, opciones para cambiar y no se debe dar por perdido nada hasta que finalmente se muere. Luego mientras se está vivo hay que caminar y buscar el camino hasta encontrar la puerta por la que tener opciones de vida.