En general he de decir que no tengo mucho en contra de lo que Albert Rivera propone, ni de sus formas, aunque a veces me parece que entra demasiado al trapo de lo que el partido de Pablo Iglesias o sus compañeros con jerarquía de partido dicen o hacen y no veo el motivo ni creo que le convenga.
Si bien es cierto que la política cada vez más se ha convertido en un teatro de mediocres, en la que participan una serie de actores que interpretan un guión y en su mayoría no tienen criterio alguno en lo que basar su comportamiento, no entiendo porqué precisamente sus líderes han de ser también mediocres en cuanto a su comportamiento, pero... esto es así, es inviable ser o hacer política si no se juega a lo que juegan los demás, con lo que estamos vendidos todos los que no queremos o somos parte de un rebaño, sea éste el que fuere y esté dirigido por quien sea.
El caso es que Albert River quiere presentar a estudio una nueva ley para que la gestación de seres humanos pueda llevarse a cabo por capricho de quien lo desee y en personas (mujeres en este caso) que sólo desean gestar seres humanos pero no responsabilizarse de la vida posterior de seres humanos.
En apariencia es algo muy altruista, muy nuevo en la forma aunque no en el fondo, pues en otras épocas de la historia ya ha habido quien se responsabilizaba o cuidaba de niños que no habían sido gestados por ellos.
El caso de David es de antes de época cristiana y aunque no sea comparable va más o menos por el mismo sentido.
Yo quiero desmontar un poco todo lo que de altruista tiene este planteamiento de Albert Rivera, con quien como digo y a pesar de ser político, actor e interprete de su papel en el partido que él fundó, yo estoy más tranquilo o simplemente me parece mejor que el resto del elenco del Congreso actual.
Poco antes de nacer Rivera, yo prácticamente había forjado mi personalidad y entre mis planteamientos estaba el no preocuparme de Green Peace o del peligro que corrían los osos o lobos por extinguirse en la península mientras hubiese un sólo niño que pasase hambre o muriese en cualquier lugar del mundo; desde entonces he abogado por todo lo que suponga falta de sufrimiento en cualquier sentido de los más débiles, sean mujeres maltratadas, niños desamparados o personas que sufren por cualquier motivo.
Resulta que Albert Rivera quiere facilitar a personas caprichosas lo que la naturaleza o sus condiciones de vida no les ha facilitado, y para ello quiere que el colectivo LGTBI y las parejas que no puedes o desean tener hijos gestados por ellos mismos, puedan acceder de modo legal a solicitar a mujeres que cedan su cuerpo para gestar un hijo que no será para ella sino para sus "peticionarios".
Si desde hace décadas me ha parecido mal cualquier comercialización de seres vivos, me refiero a animales, me refiero a esas tiendas de mascotas o a esos "supuestos amigos o defensores" que mezclan razas, que juntan animales para su procreación caprichosa, pues aún más tétrico me parece el hecho de que algunos modernos con deseos de sentirse padres o crear familia, tengan el derecho legal de hacerlo de este modo.
Si Karol Wojtyla fue el precursor de un gran mal, no podemos después de su muerte continuar con su grave error. Karol tuvo la idea de preconizar el NO uso del preservativo en países realmente pobres y donde nacían niños condenados a morir poco después, esto originó numerosas muertes de inocentes, contagios de enfermedades entonces en su apogeo como el SIDA y sobre todo un desastre de grandes dimensiones que aún está pagando la humanidad. Diariamente cruzan el estrecho y otras zonas del mediterráneo personas que mueren en el intento o que llegan aquí para tener que convertirse en lo que no pensaban.
No hubiera sido mejor y más fácil, más cristiano y humano, haber llegado o intentado llegar a acuerdos con los países de origen de pobreza y con los países de recepción de personas condenadas a la pobreza, para que los niños nacidos en estos países pudieran ser adoptados por familias consolidadas en Europa, EEUU, Canadá, Japón, etc., países que tienen una economía en principio más solvente o que tienen una legislación y condiciones de vida mejor que las del resto.
Bueno, no quiero seguir más, con los datos que he dejado para la reflexión es suficiente, creo que Albert Rivera no se ha planteado esto, y creo que estaría bien pensar en ello, aunque echarse atrás no se echará, dejar esto a la reflexión no me cuesta trabajo.
Albert, cada quien es cada cual y no veo mal que sea así, pero si se trata de hacer política ésta no debe hacerse para obtener de cada grupo social un reconocimiento, sino de hacer algo de lo que sentirse orgulloso porque de verdad ha mejorado la calidad de un grupo humano, en este caso sería un grupo creado, por crear, y resulta que hay mucho hambre en el mundo y mucho mal que remediar.
Ojalá se entienda que lo que deseo expresar es que si ya tengo un dolor que remediar para que arriesgar a tener otro, primero remedio el que tengo y después ya veremos qué más hacer.