La situación actual de los desempleados, es decir, la de más de 5 millones de personas en España, es dramática en una cuarta parte de ellos, es decir, más de un millón de familias.
Éstas personas viven una situación que sería comparable a una condena en prisión, sé que parece descabellado pero voy a intentar explicarlo, defender este planteamiento y exponer el por qué ya no se puede seguir aguantando más y sobre todo cómo hay que remediarlo de forma definitiva para que jamás vuelva a ocurrir algo parecido en nuestro país.
Éstas familias viven en muchos casos con 426€ al mes, que el Estado ofrece como donativo para que puedan al menos subsistir, explicaré también que existen muchas contradicciones y sin sentidos en ello, pero es lo que hay como se dice ahora.
Con 426€ que no están libres de impuestos, puesto que cuando vas a la tienda a comprar te cobran el I.V.A. correspondiente, no dan siquiera para subsistir, sin embargo no hay más narices que hacerlo o tomar una decisión drástica y tirarse por un puente, algo que a muchos de ellos se les pasa a menudo por la cabeza.
Con 426€ la cosa da tan poco que estas familias no pueden permitirse más que caminar con sus hijos por los alrededores de su casa, porque el combustible es caro y porque los autobuses también, con lo que se les condena entre tanto no tengan muchos ingresos a prácticamente no salir de casa. Un preso no sale de la prisión, sin embargo no tiene que hacer maravillas para subsistir, sabe que la sanidad y la alimentación la tiene asegurada, de modo que la distancia entre un preso y un parado sin ingresos no es tanta.
Los presos, al margen de estar en prisión por haber delinquido, tienen claro cuando van a terminar su condena, sin embargo un parado hoy día no alberga la menor esperanza de terminar la suya, con el agravante de que no sólo no delinquió sino que todavía se pregunta ¿POR QUÉ SE QUEDÓ SIN TRABAJO?. Además el parado tiene que sufrir las críticas de Empresarios sin sentido común y algunos Políticos, que se permiten el hacer comentarios respecto de lo que significaría ser emprendedores, hacer por crecer en la vida, algo que os aseguro a todos ellos se les pasa por la cabeza a diario.
La realidad es que para emprender algo primero no hay que tener ninguna deuda, y obviamente con esos ingresos es casi imposible no tener ninguna deuda. Además, hay que tener algo de dinero reservado para poder arriesgarlo en ese emprendimiento, algo que por supuesto es impensable si se están cobrando los 425€ de donativo o subsidio como prefiráis. Una idea brillante que se le ocurriría a un Empresario sin sentido común o a un Político sin sentido común, es que pidiesen dinero a la familia, pero las más de las veces estas situaciones ocurren en familias que no tienen ningún recurso.
Otra realidad es la de que cuando una persona comienza a cobrar esos 425€ normalmente ya no tiene teléfono, y lo peor, no le hace falta, porque donde dos o tres años antes le llovían las llamadas ahora no suena si no es para decirle que tiene que hacer frente a no sé qué pago que no ha hecho, y que nunca está relacionado con pagos de ocio, sino con la electricidad o la compañía de teléfonos que tenga.
La situación por la que atraviesan estas familias es de desesperanza, de desilusión y sobre todo de sentirse completamente solos, de preguntarse porqué en otro momento de su vida no tuvieron la precaución de hacer dinero fuera como fuera, como lo hicieron otros, porque muy a pesar de lo que opinen muchos, de lo que se ha ido quedando como ejemplo de estas situaciones, muchas de estas personas simplemente fueron honradas y buenas, y por ello es por lo que hoy se encuentran desamparadas.
A estas familias no se les puede pedir que confíen en la Justicia, ni que tengan paciencia, ni mucho menos que busquen trabajo o salidas, porque no las hay, cuanto más en el fondo del pozo más complicado se hace salir y más difícil te lo pone el Estado, es decir, el Gobierno elegido por todos y que normalmente dice ocuparse de estas personas cuando lo que realmente ocurre es que de cara a la Galería parece haber facilidades para vivir, pero en la realidad más valdría decirles que lo más probable es que el resto de su vida sean unos desgraciados, que sus hijos heredarán esa desgracia sólo por ser hijos de ellos, que la democracia es muy buena, y algún otro partido le dirá que a lo mejor es que no ha dado las gracias a Dios y ese es el motivo por el que se ven en tan difícil situación.
Estas familias llegará un momento en que vendan su honestidad al Diablo, en que ya una vez abajo del pozo, sin ver la luz, con frío, con hambre, y ya sin nada que perder, terminen defraudando a Hacienda haciendo algún trabajillo de chapuza para salir adelante y encima tendrán que soportar el que les llegue una sanción en la que se les diga que se les retira el subsidio por esos motivos.
El grave peligro que se cierne sobre un Estado que abandona así a familias completas es el de que éstas se hagan conscientes con el tiempo de que ya no les queda nada que perder, otras sin embargo se acostumbrarán, que es lo que sin ser conscientes de ello esperan los gobernantes, que estos problemas no se aborden en serio, directamente y queden ahí en el olvido hasta que se resuelvan solos, vamos que se acostumbren los afectados a ser cutres.
Por más llamadas de atención que se hacen desde blogs, desde asociaciones como las PAH y otros movimientos, los que aún no han sido tocados por la desgracia no se hacen conscientes de que hay que cambiarlo todo, absolutamente todo, para que esto no vuelva a suceder.
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