La situación del tema tan manido del "rescate" empieza a ser cargante, empieza a convertirse en un verdadero problema para todos. La indignación está generalizada, los que no tenían dinero en los bancos porque de este modo verán retrasado el crecimiento del país y los que lo tenían porque temen que vuelva a ocurrir lo mismo, es decir, que los directores, administradores y toda la cuadrilla, vuelvan a marcarse unos sueldos e indemnizaciones millonarias y si eso ocurriera que esta vez no quedase ya ni para el rescate.
La pregunta es:
¿cómo es posible que volvamos a confiar en los bancos que alevósamente se metieron en mercados que no debieron meterse?
y además, sabiendo como se sabe hoy ya, que muchos de ellos se inventaron dinero que no tenían, para conceder más créditos y a su vez conseguir más beneficios?
En fin, que seguiremos haciéndonos estas preguntas y seguiremos obteniendo las mismas respuestas, y es que esto se hace por el bien común, por el bien de todos, que si no sería peor; es algo así como cuando tu hijo de cinco años te pregunta por qué tiene que cepillarse los dientes, y se lo cuentas, y él vuelva a preguntártelo, y le vuelves a responder, y al final vas y le dices: ¡Porque te lo dicen tus papás!, pues lo mismo ocurre aquí, sólo que muchos de nosotros no tenemos cinco años, ni la percepción de los cinco años, somos mayores, responsables, y suficientemente inteligentes para verlo, y para ser conscientes de que nos están engañando.
La pregunta es:
¿cómo es posible que volvamos a confiar en los bancos que alevósamente se metieron en mercados que no debieron meterse?
y además, sabiendo como se sabe hoy ya, que muchos de ellos se inventaron dinero que no tenían, para conceder más créditos y a su vez conseguir más beneficios?
En fin, que seguiremos haciéndonos estas preguntas y seguiremos obteniendo las mismas respuestas, y es que esto se hace por el bien común, por el bien de todos, que si no sería peor; es algo así como cuando tu hijo de cinco años te pregunta por qué tiene que cepillarse los dientes, y se lo cuentas, y él vuelva a preguntártelo, y le vuelves a responder, y al final vas y le dices: ¡Porque te lo dicen tus papás!, pues lo mismo ocurre aquí, sólo que muchos de nosotros no tenemos cinco años, ni la percepción de los cinco años, somos mayores, responsables, y suficientemente inteligentes para verlo, y para ser conscientes de que nos están engañando.
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