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martes, 26 de marzo de 2013

Los sueños arruinados

Este escrito se hizo en 1996, después de un período lánguido y apático de mi vida.

Los Sueños Arruinados

¡La vocación, la circunstancia, el azar!. La vocación es el tipo de persona que estamos llamados a ser. La circunstancia es el mundo, las cosas en derredor, las facilidades y dificultades con que toda vida se encuentra para realizarse. El Azar es un factor que interfiere en ese sistema inteligible que forman la vocación y la circunstancia.

¿Pero qué es lo que tiene que ver todo esto con “los sueños arruinados”?

En principio aclarar que este pensamiento corresponde a uno de los pensadores de mayor relevancia que ha dado España, el madrileño José Ortega y Gasset, y el motivo de sacarlo a colación es tanto un homenaje como una oportunidad de intentar ahondar (subjetivamente) en algo que es vital para nuestro desarrollo personal.

Todo sueño no es sino la elaboración paso a paso de algo que deseamos, para lo cual nos consideramos aptos y estamos convencidos de haber nacido para conseguirlo, es nuestra vocación.

Obviamente nuestro sueño tiene relación directa con la realidad que vivimos, no podemos soñar con ser “Llanero” en Venezuela, si no sabemos de su existencia. Tampoco podemos confundir sueño con fantasía; por lo tanto será una fantasía soñar con ser Cesar Romano del siglo II a. d. C., por su evidente imposibilidad temporal; ésta sería nuestra circunstancia, la que marca haber nacido, ser educado y vivir, en lugar y forma concretos.

Y por último, estaría el azar, llamado también suerte, enigma indescifrable, que es, ha sido y será centro y punto de partida de todo tipo de supersticiones, originario de mil y una costumbres. Es una pseudo-operación aritmética de factores positivos y negativos que no llevan a cálculo exacto, es el factor previsible cuyo desenlace es siempre imprevisible. Las personas a las que les salen bien las cosas dicen que el azar no existe, que se busca y se prepara, se prevé y se trabaja para ello, y si todo ello se hace bien, el resultado será el esperado; las personas a las que generalmente les salen mal las cosas, hablan de mala suerte, y muchos de ellos, motivados por la ansiedad de conseguir que se hagan realidad sus deseos, caen en las redes de la superstición, llevan amuletos, recitan complejas oraciones, hacen cosas extrañísimas para ritualizar al azar y favorecer su apoyo.

Yo que casi siempre me he encontrado en este segundo grupo, en el de las personas a las que no siempre les salen bien las cosas, he conseguido, salvo algunas excepciones, no sucumbir ante la superstición; por eso quiero dejar una pregunta en el aire.-

¿Tiene el azar la posibilidad de pensar o acaso el azar no existe, son muchos azares y por lo tanto el azar es azaroso?.

Quizá algún día, alguien sea capaz de dar una respuesta definitiva, evidente, que no dependa de creerlo porque sí. Quizá una conjunción entre la Astrología, la Religión, tocar madera y no pasar nunca por debajo de una escalera, permitan que el azar esté siempre a nuestro favor; pero de momento cada una de estas “evidencias” son sólo evidentes para quien cree en ellas y se beneficia de la energía espiritual emanada de tantas personas que creen en lo mismo que ellos. Así que entre tanto esforcémonos en facilitar que la suerte nos acompañe trabajando para que así sea. 


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