Atención, este escrito está hecho antes de las PAH y otros movimientos que están luchando por los intereses de los ciudadanos, del bien común.
En los tiempos que corren (siempre me apeteció utilizar esta expresión) estamos todos experimentando cambios en nuestros modos de vida debido a la fuerte crisis que sufrimos y en la que parece ser que todos con la excepción de los Bancos estamos dispuestos a aportar nuestro granito de arena; sin embargo, los bancos no están dispuestos a asumir su parte y cuando se les presenta la ocasión de ayudar o prestar su servicio se ponen tercos, abusivos, codiciosos y sin ningún tipo de contemplaciones son capaces de dejar en la absoluta ruina a padres de familia con obligaciones familiares y sin la menor oportunidad de salir adelante.
Ni el gobierno, ni los sindicatos, ni nadie se está ocupando de estas personas que quedan de la noche a la mañana sin ninguna oportunidad y descolgados completamente del resto de la sociedad.
El verdadero problema de esto es que cada vez son más los descolgados y los que poco tienen ya que perder y esto ocasionará sin duda un modo de vida que creíamos ya obsoleto, el de esas personas que por no tener nada que perder y sin embargo tener que seguir dando de comer a su familia tendrán que trabajar fuera de los cauces legales, tendrán que robar tomates en las huertas e ir a la vendimia francesa o cualquier otra cosa y finalmente se verán obligados a cualquier tipo de sistema de conseguir dinero para conseguir que sus familias sigan subsistiendo.
Los bancos no son conscientes de esta situación que sin duda les perjudicará gravemente en lo que más les duele, los beneficios.
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